lunes, 20 de marzo de 2023

JAVIER DE SEBASTIAN, SIGUES CON NOSOTROS

 20 de marzo de 2023

Hoy se cumplen veinte años desde que nos dejó Javier debido a una invalidante enfermedad a la que no encontró solución.

La causa de dicha afección  queda reflejada por los autores del libro “El Teide, de Mito Geográfico a Parque Nacional”, Nicolás González Lumus e Isidoro Sánchez García que tuvieron el detalle de dedicarle esta publicación a Javier de Sebastián con el siguiente texto que suscribo en su totalidad:

Con el permiso de todos Vds. nos van a permitir que dediquemos este libro a una persona, a un hombre que ya no está con nosotros. Se llamaba Javier de Sebastián Palomares y fue Director Conservador del Parque Nacional de Picos de Europa. Murió el año pasado a causa de las secuelas que cuando joven le dejó la enfermedad de la INTOLERANCIA – la cárcel de Carabanchel – por sus ideas.

Los Autores. El Valle de la Orotava, enero del 2004,año del 50 Aniversario del Teide como Parque Nacional

(Págs. 10 y 11 de la obra citada, al final del capítulo PRESENTACIÓN)

 

Portada del libro y dedicatoria del mismo en págs 10 y 11

Hace cinco días, el pasado 15 de marzo, creí necesario hacer una visita al refugio predilecto de Javier, Las Ablanosas, lugar donde pasamos muy buenos momentos en compañía de nuestras respectivas familias. Incluso celebramos, familia y amigos, su último cumpleaños que, aunque no queríamos, se barruntaba como el postrero.

 El lugar sigue teniendo el aura del pasado que Javier contribuyó a desarrollar, como así se lo reconoció el vecindario dedicándole la fuente pública, veamos unas fotos de mi visita:

Las Ablanosas
 
Fuente de Las Ablanosas


Placa de la fuente de Las Ablanosas

Seguiremos recordandote, Javier, mientras la memoria nos lo permita.

Otras fotografías de los momentos que hemos vivido:

En la Herrería de Compludo

A bordo del vaporcito Alfonso XIII

En Suarbol (Los Ancares)


20 de marzo de 2013

Hace diez años, 20 de marzo de 2003, que nuestro amigo Javier de Sebastián Palomares se fue de este mundo, no pudo superar su último reto, no se recuperó de una operación quirúrgica.


Su personalidad dejó una profunda huella en todos los que le conocíamos que el paso del tiempo no ha borrado.

Sirvan estas pocas líneas y las fotos que las acompañan como un recuerdo de los momentos felices que sus amigos y su familia disfrutamos con él.



En su finca de Las Ablanosas


En Covadonga

En Ordesa


En Doñana


En Somiedo
 Nuestros recuerdos para Antonio y Fran que aparecen en esta última fotografía de Somiedo y que también nos han dejado.

martes, 31 de mayo de 2022

VIAJE DE ESTUDIOS A PORTUGAL

 - Ultima versión: 20 de junio de 2022



VIAJE DE ESTUDIOS A PORTUGAL

ALUMNOS DE 6º CURSO DE BACHILLER

DEL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE CARRASCONTE   CURSO 1966/1967

Se trata de una recopilación de recuerdos del citado viaje apoyados en las fotografías de diversos autores  y dispar calidad que fueron captadas durante el transcurso del mismo. Sería interesante que los lectores de este texto y, además, protagonistas de esta excursión aporten sus experiencias vividas durante su desarrollo, logrando así recomponer y rememorar los confusos momentos que yacen medio olvidados en nuestra memoria.

27 de marzo de 1967

Nos subimos al autobús de Autos Pelines el lunes de pascua, 27 de marzo de 1967, en Laciana e iniciamos nuestro recorrido realizando nuestra primera parada en Orense.

Visitamos las Burgas, manantiales de agua caliente, con un tiempo lluvioso como podemos comprobar en la imagen.

Con nosotros  está “Zoco” de San Miguel, portero del equipo de fútbol del Instituto Laboral y después de la S.D.  Laciana en la década de los setenta.

Manuel Blanco me confirma que Ángel Suárez Collar “Zoco” estaba estudiando en Villagarcía de Arosa, sabedor de nuestro viaje vino a saludar a sus amigos de San Miguel y por eso coincidimos.

A continuación podemos ver otras fotografías realizadas en el mismo lugar, antes de partir hacia Tuy para pasar la frontera.

Foto: Colección Villa.

La mayoría íbamos sin pasaporte, aunque creo llevábamos autorización paternal con el visto bueno de la Guardia Civil. Creo que hubo que hacer algún trámite adicional pero al final pudimos acceder a Portugal sin mayor incidencia.

Foto: Colección Adela y Salustiano


Fotos: Colección Villa.

La siguiente parada, si no me equivoco, se realizó en Valença do Minho donde coincidimos con un mercadillo y vimos a Espanha desde la fortaleza, con el Miño en medio que llevaba (y lleva) las aguas lacianiegas hacia el mar.

No recuerdo donde comimos, ¿en Caminha?, y seguimos viaje hasta la meta de este primer día en Viana do Castelo. De la alimentación durante todo el recorrido no me acuerdo de nada.

Después de cenar visitamos, algunos de nosotros, el puente Eiffel cuyas luces amarillas eran una novedad que yo veía por primera vez y que nos daba un aspecto irreal, casi fantasmal, de nuestros propios cuerpos.

Dormimos en una pensión en habitaciones de dos camas para cada cuatro personas (una circunstancia que se repetiría casi todos los días) lo que favorecía la realización de travesuras. Confieso que desperté a Loyo dejándole caer agua en un oído lo que no le gustó en absoluto (Después de tantos años espero que me perdones, estoy arrepentido), también se rompió una bombilla por culpa de una toalla voladora. Creo que las almohadas eran muy duras, tal vez rellenas con arena o similar.

28 de marzo de 1967

Salimos de Viana con meta en Leiria, aunque supongo que a priori no sabía nadie en qué lugar íbamos a dormir este día.

Foto: Colección Villa.

De este día sólo dispongo de esta fotografía, a la salida de Viana do Castelo por la mañana, el contraluz distorsiona a los situados más a la derecha de la imagen.

Pero Berta nos inunda de color este amanecer con la siguiente instantánea que tiene todos los visos de estar tirada en Viana do Castelo como la anterior.

Las similitudes entre ambas son casi determinantes para afirmar que están realizadas en la orilla del río Limia.

 

Foto: Colección Berta Fernández

Aunque tampoco sea concluyente parece que el vestuario de nuestras compañeras es compatible con el que lucen en la imagen de este mismo día junto a la estatua de Rosália de Castro en Porto..

Hemos recibido de Manuel Blanco, con posterioridad a ésta, otras tres imágenes que son piezas imprescindibles para confirmar detalles de lo relatado con anterioridad y, además, nos evoca una visita que ninguno recordaba hasta que veamos la prueba fotográfica.

 
Foto: Colección Manuel Blanco

En ésta vemos a Blanco, Ulpi, Carnero y Tino que confirma que se encuentran en la ribera del río Limia correspondiente a Viana do Castelo con la ponte Eiffel al fondo. Así mismo el ramaje frondoso que tienen sobre sus cabezas es el del árbol donde se apoyan en la fotografía anterior Ana María y Berta.

Como veis, cuantos más datos dispongamos mejor quedará armado el relato de nuestro viaje de estudios.

La estampa siguiente, también de Manuel Blanco, nos ilustra de una parada olvidada, la de Póvoa de Varzim, población anterior a Vila do Conde que en aquella época disponía de un circuito urbano de automovilismo.

Vemos a Julio y Blanco apoyados en el monumento dedicado a Caetano VASQUES CALAFATE por “OS PESCADORES AGRADECIDOS”

 
Foto: Colección  Manuel Blanco

 Profesor y periodista impulsó la construcción del puerto pesquero de Póvoa de Varzim.

Continuamos viaje hasta Porto, llegando a la segunda ciudad de Portugal me llamó la atención la cantidad de gente vestida de negro y algunos descalzos (1) aunque en ese momento estaba lloviendo ligeramente.

En la siguiente instantánea tomada en Porto vemos a algunos de nuestros compañeros a los pies de la Fonte da Rosália de Castro.

 
Foto: Colección Eva e Isabel

Nuestras compañeras, según me recuerda Berta, se acercaron a un mercadillo para comprarse unos paraguas de color blanco. En esta imagen anterior y otra posterior que nos aportan las hermanas Eva e Isabel podemos ver dichos “guarda-chuva”.

Aquí, en Porto, sucedió un extraño suceso que influyó en el devenir del resto de la excursión: Paseábamos en grupos muy pequeños y desperdigados, Ana María y Berta caminaban solas cuando fueron abordadas por unos jóvenes portugueses que viajaban a bordo de un automóvil marca Mini con la presunta intención de “secuestrarlas”. Agripino que iba detrás con otro grupo a una cierta distancia de nuestras compañeras empezó a dar voces por lo que los inoportunos se dieron a la fuga.

No voy a poner en controversia este incidente ya que no me extraña que ante dos chicas guapas, extranjeras, bien vestidas, etc., los acosadores intentaran ciertas acciones no deseadas por nuestras compañeras. Nos reunió el Director en el autobús y nos largó una filípica sobre este caso relacionándolo con la trata de blancas y prohibiéndonos circular de forma individual o sin suficiente acompañamiento del resto de compañeros.

 

Foto: Colección Eva e Isabel

La imagen puede que esté tomada en la siguiente parada después de Porto, Aveiro o Figueira da Foz.

Me comenta Eva que en casi todas las instantáneas la retratan con un bolso, incluso aquí en la playa, ello es debido a que fue la tesorera del viaje y en ese bolso viajaban los caudales y los justificantes de pago. ¡Como para extraviarlo!.

No tengo claro donde comimos (Aveiro o Figueira da Foz, supongo que en la ciudad citada en primer lugar sobre la mitad de esta etapa) porque los recuerdos de esta gira los tengo mixturados con otros de diversos viajes que realicé posteriormente por estos mismos lugares, así en Porto no tengo claro si visitamos el puerto que comparte con Vila Nova de Gaia en la desembocadura del Douro o si lo vimos desde el autobús al mismo tiempo que atravesábamos el famoso ponte de Dom Luis I.

Por fin llegamos a Leiria, donde descansaríamos hasta el día siguiente.

Foto: A. de la Villa.

La diapositiva anterior de Leiria no corresponde a este viaje, es de 1985, se inserta para ayudar a nuestra memoria ya que es similar a la imagen que presentaba esta ciudad durante nuestra visita a la misma.

Después de cenar acudimos a un salón grande, similar a una sala de fiestas de los años cincuenta en nuestra comarca, donde corrió el vinho verde y tuvimos la compañía de unos cuantos jóvenes portugueses atraídos por nuestra presencia.

29 de marzo de 1967

De Leiria a Cascais.

Después de la primera redacción de estos apuntes en la que indico que no tengo instantáneas de nuestro paso por Leiría, tal y como expongo en párrafos anteriores, gracias a la colección de Eva e Isabel disponemos de una fotografía que se parece a la diapositiva de 1985, correspondiente a la salida hacia Cascais.

Foto:Colección Eva e Isabel

Eva sigue cuidando de nuestro tesoro, con Lita como sempiterna “guardaespaldas”.

La primera parada, que yo recuerde, fue en Nazaré, población pesquera que en aquella época aun varaba las barcas en la arena de la playa. De esta visita tenemos suficiente documentación gráfica.

Foto: Colección Villa.

E
n algunas instantáneas observamos la excelente y abundante “pesca” que realizaron estas barcas.

En otras la “pesca” ya ha sido descargada pero está tan “viva” que es capaz de abandonar la arena y pasear por las empinadas calles del pueblo costero como reflejan las ulteriores capturas fotográficas que ilustran este texto.

Hoy día Nazaré es un destino turístico, las embarcaciones tienen puerto fuera de la playa urbana, a su mano izquierda mirando hacia el mar.

A la derecha de este arenal está el faro y después la Praia do Norte con olas enormes, de las mayores del mundo, que hacen las delicias de los aficionados al surf.

 

Foto: Colección Eva e Isabel


Fotos: Colección Villa.

Reconocemos en las anteriores imágenes  a Carnero tocado con el gorro típico de los pescadores de Nazaré y a Berta con el garrafón de vinho verde en la cabeza; hay que recordar que en el transcurso de la ruta este rico semiseco se nos subió a algunos a la cabeza pero por el interior de la misma. Nos comenta Blanco en el WhatsApp que este vino “estaba dulce y le pegaba bien..”.

Queda para el final de esta narración sobre la visita a Nazaré la fotografía en color que nos aporta Berta.

Foto: Colección Berta Fernández

 Al fondo de la estampa los acantilados de Sítio da Nazaré, barrio con una vista panorámica sobre la playa y casco urbano de esta villa al que se accede por el Elevador da Nazaré que no es más que un plano inclinado por el cual sube un vagón de pasajeros adaptado a la pendiente y baja otro al mismo tiempo y que se cruzan en un ensanche hacia la mitad del recorrido, sistema que usaban las minas de Laciana para mover vagones de carbón entre pisos o plantas de producción.

Según nos comenta Julio, los niños que salen retratados se acercaban para pedirnos dinero. Algunos de más edad ya ayudaban a los pescadores a varar las barcas en la playa como lo demuestran sus botas altas.

Seguimos ruta hasta llegar a Óbidos, ciudad medieval amurallada, (no recuerdo si paramos antes en algún lugar como Caldas da Rainha, población famosa por su cerámica).

Hicimos un amplio recorrido por sus murallas y rúas que nos trasladaron a la Edad Media, en éstas tuvimos la oportunidad de probar en sus comercios la ginja o ginjinha – licor de guindas – que es la bebida tradicional de esta población.

Los portugueses son muy aficionados a elaborar licores de múltiples ingredientes, hasta de la almendra amarga – típico del Algarve – que puedo asegurar que está muy rico y es bastante “peligroso”.

Las fotografías que inserto a continuación son la muestra de la notoriedad que tiene esta villa en la historia de Portugal y el porqué de su interés turístico en nuestros días. También documentan nuestro paso por aquí hace más de medio siglo, más de cincuenta  y cinco años que no son nada para su existencia que documenta el paso de romanos, visigodos y árabes, antes de que los portugueses la denominasen como “a Vila das Rainhas”.  

Fue un acierto realizar esta visita a esta impresionante villa amurallada en su totalidad, hay más en Portugal como Estremoz o Marvâo que son pueblos preciosos pero fuera de nuestra ruta de viaje, pero tal vez Óbidos sea el más bonito de todos.

En nuestro país tenemos más ejemplos de lugares fortificados que no desmerecen a los portugueses, pero aquí toca hablar de los lusitanos.   

También aquí - ver en la correspondiente instantánea - se acercaban los niños a nosotros, posiblemente con las mismas intenciones que los meninos de Nazaré.

 

Foto: Colección Villa.

 En lo alto de la muralla de Óbidos, en esta primera imagen tenemos a Blanco, Villa y Villar.

En la siguiente, el cambio de fotógrafo, Blanco por Miguel Ángel, hace que este último sea el que salga retratado con los citados Villa y Villar, quién parece tener prisa por levantarse de su asiento.

Foto:Colección Miguel Ángel
 

En la imagen siguiente vemos a Ermelinda y Lama juntos que por un momento han podido escapar de la vigilancia a la que estaban sometidos. Nos recuerda Berta, con el consentimiento de Ermelinda, que los citados compañeros estaban medio ennoviados en esta época y el Director lo sabía, por lo que su mujer hizo de carabina de Ermelinda durante todo el viaje. Aunque en esta instantánea pudieron burlar, por unos segundos, la custodia de Juanita.

Creemos, tanto Berta, como Ermelinda, como yo, que esta fotografía  es un buen recuerdo de nuestro compañero Manolo Lama y de una circunstancia ilusionante de su vida de la que fuimos testigos. También estoy seguro que todos nosotros, sus compañeros, sin excepción, tenemos a Lama en nuestra memoria, evocándolo con mucho cariño y añoranza.

Lama, estarás presente en nuestra reunión, en nuestro corazón, en el recuerdo, en la mente; no te has ido porque no te hemos olvidado.

Foto: Colección Villa.

 

En la siguiente instantánea procedente de la colección de Eva e Isabel vemos a algunos de nuestros compañeros confraternizar con unos niños de Óbidos sentados en la base del pelourinho (picota) de la villa.

 
Foto: Colección Eva e Isabel

Óbidos sigue siendo uno de mis destinos preferidos en Portugal, cada vez que tengo la oportunidad de entrar por la Porta de la Vila en su recinto encuentro algún detalle que me sorprende e incentiva para volver.


Fotos: A. de la Villa.
 
Quiero poner un poco de color a nuestra memoria con las dos imágenes precedentes realizadas en el año 2005, la primera del interior de la citada Porta da Vila con sus famosos mosaicos del año 1740 y la segunda de un plano general de Óbidos.

Seguimos ruta hasta llegar a Estoril, el autobús quedó estacionado en la explanada que hay delante del Casino y nos acercamos hasta la playa que hay delante a estirar un poco las piernas y hacer unas fotografías.

Foto: Colección Miguel Ángel

En la instantánea Miguel Ángel en el espigón de la Praia de Tamariz con el Forte da Cruz al fondo.

Parece ser que había prisa por reiniciar el viaje camino de Cascais y el Director  nos urgía que volviésemos rápidamente al vehículo que estaba aparcado bastante lejos de la playa, a medio camino entre ésta y el Casino, tres compañeros nos retrasamos y volvíamos a nuestro paso hacia el autobús, oíamos las voces que nos apremiaban a acelerar nuestra vuelta con la amenaza de iniciar la salida sin nosotros, no alteramos nuestra velocidad y el Director ordenó la marcha, aun así seguimos a nuestro ritmo por lo que quedamos en tierra.

No se me había ocurrido hasta este momento en que escribo estas líneas pero nuestro Director incumplió la recomendación realizada en Porto sobre la necesidad de ir juntos, puede que considerase que no habría “trata de blancos”, aunque uno de los abandonados tenga por primer apellido Blanco. Así que Blanco, Tino y Villa tomaron la carretera que llevaba a Cascais y sin prisa pero sin pausa realizaron andando este trayecto del que hacen fe las tres fotografías siguientes:


Fotos: Colección Villa.

En esta última instantánea ya nos encontramos en una de las playas de Cascais, en la zona urbana.

No recuerdo el reencuentro con nuestro superior lo que significa que no me incomodó en absoluto.

Pero la justicia poética no tardó ni veinticuatro horas en actuar y a nuestro director y esposa los dejó en tierra un autobús público. Suceso que Manuel Blanco nos hizo rememorar durante la comida con Durán y que se relatará más adelante en su contexto temporal.

Después de cenar nos recluimos en la pensión sin autorización para salir, pero unos cuantos, entre los que se encontraba Agripino y creo que también Villar, ambos profesores acompañantes, nos fugamos a ver el ambiente nocturno de Cascais.

Encontramos una “boîte” abierta y entramos a tomar una copa, allí vi por primera vez en todo el viaje a una única chica rubia, con minifalda y sin bigote (todos sabemos que las portuguesas parece que tenían aversión a la depilación), supongo que era empleada del establecimiento que se encontraba prácticamente sin clientes.

Nos volvimos un poco decepcionados por esta falta de clientela, pero contentos, a la pensión y aquel día por circunstancias sobrevenidas dormí en la misma cama que otros dos compañeros, gracias que era una de esas camas portuguesas de 1,50 m. de ancho.

En resumen, una jornada larga con muchos incentivos y algunas dificultades pero que repetiría sin dudar, si fuese posible.

30 de marzo de 1967

De Cascais a Lisboa.

Antes de poner rumbo a Lisboa nos acercamos a la Boca do Inferno, a las afueras de Cascais en dirección contraria a nuestra ruta. Turística visita a los acantilados con arco incorporado que no me dejó ninguna sensación especial.

No recuerdo si hicimos alguna otra visita antes de recalar en Lisboa, buscamos pensión cerca del río Tejo y acordamos comer y cenar en el restaurante A Gaivota en esta misma zona.

Cerca de nuestra base de operaciones teníamos la Estación Marítima Cais do Sodre, aquí tomamos un barco con destino a Cacilhas en Almada atravesando el Mar da Palha.

Foto: Colección Villa.
  
Un grupo de compañeros en la citada Estación Marítima, al fondo uno de los barcos que realizaban esa travesía muy utilizada por los lisboetas y almadenses por ser la única vía rápida de comunicación entre ambas riberas del río Tejo antes de la construcción del Ponte Salazar.

También vemos a Manuel Blanco – “de punta en blanco” – en este embarcadero, posiblemente estaba saboreando la salida nocturna planeada que iba a ser para todos nosotros como una “Fiebre del Sábado Noche”, aunque era jueves y a la película le faltaban más de diez años para su estreno.

 
 Foto: Colección Manuel Blanco

 Desde Almada tomamos los autobuses públicos para subir al  Santuário de Cristo Rei desde donde se divisa toda Lisboa y el puente sobre el Tajo justo a sus pies. D. Manuel y Juanita quisieron subir los últimos al transporte público después de todos nosotros. Se creó entre ellos un diálogo absurdo, decía el director “Sube, Juanita, sube” y contestaba su mujer “Espera, Manolo, espera”. No sé cuántas veces lo repitieron, lo cierto es que no se incorporaron a tiempo al autobús y éste inició la marcha sin ellos. La justicia poética no tardó mucho en actuar.

 La vuelta desde Almada la realizamos en nuestro autobús cruzando el puente citado del que me impresionó el piso del mismo realizado con rejillas metálicas que dejan ver a su través el cauce del río Tejo o  Mar da Palha unos setenta metros más abajo. Su silueta se vislumbra en la instantánea siguiente, de mala calidad pero correspondiente al viaje.

Este puente fue inaugurado apenas un año antes de nuestra visita con la denominación de “Ponte Salazar” en honor del primer ministro de la época António de Oliveira Salazar, considerado un dictador. Después de la Revolución de los Claveles cambió su nombre por el de “Ponte 25 de abril”, fecha del inicio de dicho pronunciamiento en el año 1974.

Foto: Colección Villa.

La Torre de Belem es una antigua fortaleza defensiva de la ciudad de Lisboa del siglo XVI, cerca se encuentra el Monumento a los Descubridores y el Monasterio de los Jerónimos. Sería raro que no parásemos aquí pero no me queda ningún recuerdo.

Foto: Colección Villa.
 
Por la tarde visitamos una de las playas de las afueras de Lisboa en dirección a Estoril, aunque no disfrutamos del baño ya que no era la época, pero hasta peloteamos un poco. 
Foto: Colección Miguel Ángel

Es difícil ubicar exactamente el lugar de la imagen en la que Miguel Ángel y Durán posan teniendo al fondo a  Costa de Caparica, zona de Trafaria.

Manuel Blanco vuelve a sorprendernos con la siguiente estampa que asemeja a una playa en verano, lo cual me hace dudar sobre la posibilidad de que algún valiente (compañera o compañero) se hubiese atrevido a probar la fría corriente del río Tejo cerca de su desembocadura en el Atlántico.


Creo que en esta instantánea algunos retratados no pertenecen a nuestro grupo como por ejemplo la pareja de la izquierda y que están totalmente vestidos de calle.

Volvimos a Lisboa y ya nos preparamos para ir a cenar al citado A Gaivota, que nos dejó buen sabor de boca porque al año siguiente volvieron a esta casa de comidas nuestros sucesores, según podemos leer en el libro editado por Luis Miguel Torre Santos con el título de La Academia.

Después de cenar salimos de paseo por Lisboa a las órdenes de D. Manuel, quién nos tuvo deambulando hasta altas horas de la madrugada con lo que evitó una posible fuga de la pensión como el día anterior.

Reproduzco la glosa de Alberto Durán sobre estos hechos: El día 29 yo también fui a la “boîte”. Por cierto, la chica rubia estaba muy bien, o eso me pareció a mí. Como nos prestó la escapada nocturna, acordamos que la noche siguiente nos escaparíamos todos, chicos y chicas, para otra aventura nocturna. A la noche siguiente nos pusimos nuestras mejores galas y esperábamos a que el Director se durmiese para poder salir, pero en vez de dormirse se puso a leer un libro en la puerta de salida del hotel (o pensión) hasta las tres de la noche, chafándonos la aventura. Se comentó que había recibido un chivatazo y por ese hizo de guardián

Recuerdo que recorrimos todo el centro de Lisboa, desde la Plaça do Comércio hasta la Avenida da Liberdade y calles adyacentes, antes de retirarnos para intentar la fuga que no fue posible como indica Alberto Durán.

Manuel Blanco recuerda que dormimos en una pensión que tenía una escalera de caracol para subir a algunas habitaciones, las de los chicos. Intentamos bajar sigilosamente para burlar la vigilancia y cumplir nuestro objetivo de escapada nocturna, pero cuando la fila de evasores estaba a punto de llegar al piso inferior se oyó la voz del director diciendo “¿A dónde van ustedes?", lo que abortó definitivamente la fuga.

 

31 de marzo de 1967

De Lisboa a Coimbra.

Creo que fue este día por la mañana en el autobús cuando a un comentario realizado por Juanita, esposa de nuestro Director, se oyó la potente voz de Carlos Santalla diciendo algo así: “…pues si lo vieras amanecer”. Frase que molestó a D. Manuel castigándolo a permanecer en el autobús, aunque pienso que quedo sin efecto a instancia del resto de profesores.

Paramos en Santarém, supongo que para comer, donde se tomó la foto siguiente en la que Salustiano “farda” de automóvil y cuyo lugar y fecha tengo anotado en el revés de la misma, al igual que en el resto de las de mi colección.

Foto: Colección Villa.

  

Seguimos ruta hasta Fátima, impensable en aquel momento no realizar esta parada en este lugar de peregrinación.

Llegamos después de sufrir un pinchazo en el autobús, como nos comenta Manuel Blanco,  la tarde del viernes para visitar este Santuario y lo encontramos prácticamente sin gente como podemos observar en la fotografía, tal vez la fecha y la hora no eran adecuadas para encontrarnos celebraciones religiosas. Mejor sin aglomeraciones. 


Fotos: Colección Villa.
  

Sin tener en cuenta la espiritualidad que pueda desprender este lugar, quiero confesar que para mí esta zona tiene algo de mágica y atractiva, concretamente el área del triángulo formado aproximadamente por los siguiente vértices: Sāo Pedro de Moel, Tomar y Peniche. Imprescindible dos o tres días, mejor una semana, para disfrutar de todos sus encantos.

Foto: Colección Villa.

El grupo, casi al completo, debajo de la encina asociada a la aparición de la Virgen María en Fátima.

La siguiente imagen es un recorte de la anterior e iluminada con los nombres de los identificados en el retrato:

Foto: Colección Villa.

 

 En la imagen siguiente Agripino y Blanco en la soledad de Fátima.

Foto: Colección Manuel Blanco

  

Por fin, después de esta parada, nos dirigimos a Coimbra para pernoctar allí.

Supongo que un objetivo era acudir al parque temático “Portugal dos pequeninos” pero no recuerdo haberlo visitado. Supongo que el pinchazo comentado nos produjo un retraso importante.

Algunos hicimos una visita a una República Estudiantil, una especie de residencia universitaria regida por los propios estudiantes como si de una comuna se tratase. La autogestión es la seña de identidad de estas asociaciones que cada una tiene objetivos dispares a excepción de dar cobijo a los universitarios.

Una vez retirados a la pensión para dormir y descansar comenzaron las risas y demás en la habitación que me tocó con lo cual se escucharía desde el pasillo el jolgorio interno. De pronto se abrió la puerta de golpe y un compañero de otra habitación entró susañando al Director, para asustarnos con esta visita, con tan mala suerte que golpeó a un lavabo que se encontraba detrás de la entrada dejándolo hecho añicos. Al día siguiente lo recompusimos un poco e hicimos “mutis por el foro”, ¿qué habrán pensado de nosotros los dueños de la pensión cuando descubrieron el desaguisado?

No dispongo de ninguna fotografía que de forma indiscutible corresponda a nuestro paso por Coimbra, Miguel Ángel me envió una que no ubica en ningún lugar. Me atrevería a opinar que corresponde a esta ciudad, a la salida del día siguiente, pero puedo estar completamente equivocado.

Foto: Colección Miguel Ángel

 

 1 de abril de 1967

Coimbra – Porriño

Esta etapa podemos calificarla de maratoniana, sobre 400 km. de recorrido: Coimbra, Viseu, Lamego, Vila Real, Amarante, Guimarães, Braga, Tuy, Porriño.

Creo que hicimos una única parada en Vila Real para comer, supongo que tendríamos que atravesar la frontera este día y había que llegar antes de su cierre nocturno y/o de la caducidad de nuestro permiso de estancia.

En Vila Real comimos en el Hotel Tocaio que ofrecía unas excelentes instalaciones para lo conocido anteriormente. Acabo de leer en internet que ha desaparecido para hacer un centro de salud en 2017, aunque llevaba tiempo cerrado. Su cafetería estaba dotada de un moderno ambiente musical que nos invitó a materializar un improvisado baile que sorprendió a los camareros quienes nos confesaron que era la primera vez que ocurría esta circunstancia en este recinto.

Antes de la comida nos dimos un paseo por los alrededores disfrutando de un tiempo soleado como podemos observar en las instantáneas siguientes que ilustran nuestro paso por esta pequeña y bonita ciudad portuguesa.


 

Fotos: Colección Villa.

En la primera toma estamos a la entrada del Hotel Tocaio, las dos siguientes en sendos lugares de esta población.

No puedo asegurar que la foto que viene a continuación se haya realizado en Vila Real, procede del archivo fotográfico de Adela y Salustiano, necesitaríamos su confirmación.

Foto: Colección Adela y Salustiano

  

Seguimos viaje hacia la frontera de Tuy (Desde Vila Real teníamos más cerca la frontera de Chaves, luego, supongo, debía existir alguna razón de peso para salir de Portugal por donde entramos) con prisa por las razones ya expuestas anteriormente.

La imagen de al lado corresponde al paso por Guimarães (Palacio de los Condes de Bragança), tomada desde el autobús, de no tener esta evidencia no recordaría este lugar en nuestro trayecto.

Foto: Colección Villa.

 

Por fin llegamos a la “raya” de Tuy que pasamos “por los pelos” ya llegada la noche, aun así seguimos ruta hasta llegar a Porriño donde intentamos encontrar un lugar para dormir. No fue posible sólo había habitaciones para nuestras compañeras, nosotros nos quedamos a descansar en el propio autobús hasta la mañana siguiente. Recuerdo que se compraron algunas botellas de licor para “calentar” durante la noche.

Fecha y lugar indeterminados

No puedo dejar de insertar la siguiente instantánea de la colección de Eva e Isabel que podíamos titular como “En una rúa portuguesa” debido a la indefinición de fecha y lugar donde se tomó. La imagen no tiene ninguna referencia visible que pudiera ayudar a su localización como ocurrió con la del Pelourinho de Óbidos o la Fonte da Rosália de Castro. 

Foto: Colección Eva e Isabel
 

2 de abril de 1967

Porriño – Laciana

Paramos a comer en el Restaurante Azul en Ponferrada. Cuando nos fuimos a sentar en las mesas pasamos por los servicios y yo me retrasé en exceso,  al volver me encontré que tenía que comer en solitario por estar ocupados todos los puestos en nuestras mesas, como no tenía que compartir con nadie me bebí casi toda la botella de vino clarete de un litro que pusieron a mi disposición.

A la salida tenía que controlar las rayas de las baldosas de las aceras para seguir una línea recta y no hacer eses, al llegar al autobús me acosté en los asientos traseros quedándome dormido hasta Palacios por lo menos, esto me salvó para bajarme sin síntomas raros en Caboalles, final de nuestro viaje.

El autobús de Autos Pelines estaba dotado de un tocadiscos de plato flotante, artilugio que nunca más volví a encontrar en automoción, los excursionistas que tenían discos los llevaron para disfrutar de la música ye-ye, pop y rock de la época. Lamentablemente el lector de discos de 45 rpm. no toleraba las bacheadas carreteras españolas ni el adoquinado de las portuguesas produciendo constantes saltos de la aguja por lo que no nos quedó más remedio que desestimar su uso para preservar la “salud” de los vinilos aportados.

No obstante, como en todas las excursiones, surgió una masa coral espontánea que amenizó el desplazamiento. Quisiera hacer mención de dos solistas, Miguel Ángel y Salustiano, que triunfaron con actuaciones de las que dejo constancia según comentarios de Miguel Ángel y Alberto Durán:

Miguel Ángel: El único recuerdo adicional que podría aportar es el increíble éxito que tuve cantando una y otra vez en el autobús, a petición del respetable, "Juanita Banana" de Luís Aguilé. Era tan ingenuo que ni se me pasó por la cabeza que el entusiasmo del público no se debía a mis aptitudes musicales sino a que Juanita era el nombre de la mujer del director y así se dirigía constantemente a ella. Al parecer, todos los excursionistas se partían de risa considerándolo una provocación.

Alberto Durán: Miguel Ángel tuvo un duro competidor en el estrellato del Hit Parade de la canción, pues en número uno de la lista también se situó Salustiano. Dijo el Director: Canten algo para alegrar el viaje y Salustiano de arrancó cantando:

Ai Pepiño, adiós, ai Pepiño, adiós,

Ai Pepiño, por Dios no te vaias

Quédate con nos, quédate con nos

non te vayas afogar á praia,

cómo nos pasou a nos.

 

En ese momento el Director estalló en una carcajada y todos nosotros en risas. La actuación de Salustiano tuvo tanto éxito que tuvo que hacer varios bises.

Aun no sé lo que le provoco al Director la desternillante carcajada. Puede ser el que los afogados se comunicasen con los vivos. Las brujas no se ven, pero haberlas hailas y también hay fantasmas. 

 

Un viaje inolvidable que el tiempo transcurrido va arrumbando en nuestra memoria y que pretendo que vayan aflorando los recuerdos de los compañeros que lean estas líneas y que se puedan incorporar a un texto común.

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(1)  En La Nueva España del 31 de diciembre de 2021se puede leer el siguiente texto de Antonio Masip*  en su sección “Con vistas al Naranco”:

Un solo zapatoLa curiosidad de los pies descalzos

Al exiliarse a Portugal, mi madre adolescente, huyendo con los suyos tras la victoria del Frente Popular de febrero/1936, se sorprendió de los niños calzados de un solo pie. Una disposición de la dictadura lusa sancionaba el no calzado en los pies, con lo que la picaresca conducía a los padres a facilitar par de zapatos por pareja de hermanos. (…)   Impedido mi pie izquierdo, pienso que de haber sufrido mis padres y hermano las miserias portuguesas de los treinta tendrían la anacrónica compasión de permitirme el zapato derecho.

*Antonio Masip fue alcalde de Oviedo por el PSOE.

Este reciente artículo confirma mi sorpresa al comprobar a portugueses con pies descalzos en 1967 cuando en Laciana todos andábamos con los pies cubiertos, aunque fuese con unos chanclos.

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FOTOS Y COMENTARIOS (Por orden de aparición):

Manuel Blanco.

Ángel de la Villa.

Adela Gómez y Salustiano Pérez.

Berta Fernández.

Eva e Isabel García.

Miguel Ángel Fernández.

Julio García Barrero

Ermelinda Sabugo.

Alberto Durán.

 

Muchas gracias por vuestra colaboración.

Reitero la invitación al resto de compañeros para que nos aporten datos que puedan plasmarse en ediciones posteriores de este texto.